El continente antártico se ha sido utilizado a través del tiempo para distintas finalidades (soberanía, seguridad, interés científico, etc.), generalmente sin tener en cuenta la fragilidad de los ecosistemas presentes en el. Un suceso importante en relación al cuidado del frágil y particular medioambiente antártico ocurrió en el año 1991 cuando se firmó en Madrid el Protocolo al Tratado Antártico, cuyo objetivo fundamental fue “incrementar la protección sobre el medio ambiente antártico y de los ecosistemas dependientes y asociados”.
En ese momento, la Fuerza Aérea llevaba algunas décadas realizando actividades en el Continente Antártico, cumpliendo la misión de brindar apoyo logístico a las investigaciones científicas. A partir de una Revisión Ambiental realizada por la DNA se pudo determinar y valorar los problemas ambientales presentes en la Base y su zona de influencia. Los aspectos ambientales (y sus impactos derivados) más importantes en la operación de la Base, determinados en la Revisión de 1998, eran los relacionados con el cuidado y la preservación del suelo de la isla, tanto en su composición como en su estructura, así como todo el sistema hidrológico asociado. En relación a estos se destacaban algunas áreas problemáticas: (1) La acumulación de residuos, (2) La producción de agua, (3) El consumo de combustible, (4) La generación de efluentes, (5) Uso de caminos y senderos y (6) La construcción y el mantenimiento de edificios.
¿Cómo se implementó la gestión ambiental en la Base Marambio? Además de lo establecido en la revisión de la DNA, se determinaron y valoraron cuales eran los aspectos ambientales más significativos con el objetivo de minimizar sus impactos. En segundo término se establecieron los requisitos legales aplicables a los distintos procesos que se llevan a cabo en la Base. Los resultados obtenidos permitieron corroborar las áreas prioritarias para la gestión ambiental: la generación de residuos (con especial interés en los históricos y peligrosos), generación de efluentes líquidos, manejo de combustibles, emisiones gaseosas, erosión del sustrato y modificación del paisaje.
A partir de las áreas expuestas a las actividades y el impacto operativo de la Base sobre los componentes ambientales, la Gestión Ambiental Antártica implementada por la Fuerza Aérea en la Isla Marambio a través del Comando Operaciones Aéreas y la ahora Dirección de Asuntos Antárticos, estableció planes y procedimientos que tenían como principales objetivos realizar el manejo integral de los residuos generados, minimizar los impactos por la generación de efluentes cloacales, la prevención de accidentes y derrames de combustibles y efluentes y asegurar la provisión de agua potable. También se planifica el adecuado mantenimiento de vehículos, grupos electrógenos y maquinarias para minimizar los efectos contaminantes sobre el suelo, el agua, la nieve y el aire debido a un posible mal funcionamiento de los mismos.
El 16 de septiembre de 2003, la Fuerza Aérea recibió el certificado IRAM- IQNET ISO 14000 – 1996 para la Base Marambio, en el marco de la 26º Asamblea Internacional de la ISO (Organización Internacional de Normalización), tras un largo proceso de arduo trabajo. De esta forma Marambio se convertía en la primer Base Antártica en poseer un sistema de gestión ambiental certificado internacionalmente.