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ANTECEDENTES DE LA FAA EN LA REGIÓN
En 1949, la Fuerza Aérea crea una Comisión para estudiar la realización de vuelos a la Antártida. Es la primera medida que adopta para operar sus aviones en la zona.
La Argentina, que mantenía presencia permanente en el sector desde 1904, desarrollaba por entonces un importante despliegue movilizando a la Flota de Mar, a hombres del ejército y a científicos, fundando bases y destacamentos en distintos lugares de la Antártida, haciendo estudios y relevamientos por tierra, mar y aire.
En 1951,  la Aeronáutica crea el Grupo de Tareas para integrar la Expedición Científica a la Antártida.
Se asignó a ese grupo personal y material aéreo, entre ellos, el bombardero cuatrimotor Avro Lincoln Cruz del Sud modificado especialmente en Inglaterra para vuelos de gran autonomía en zonas frías.
El 19 de diciembre de 1951 el Cruz del Sud realizó la primera incursión de la Fuerza Aérea en la Antártida: la operación Enlace. El avión despegó de Río Gallegos, cruzó el Círculo Polar Antártico y arrojó víveres en la base del Ejército “General San Martín”. Continuó hasta los 70 grados de latitud sur y  luego emprendió el regreso. El exitoso vuelo duró más de doce horas, y la operación estuvo al mando del vicecomodoro Gustavo Argentino Marambio.


Más allá del Polo Sur

En febrero de 1962, el capitán Mario Luis Olezza fue designado jefe “accidental” de la, por entonces, División Antártida.
Olezza junto al reducido grupo de hombres de la División Antártida, impulsaron la creación de un lugar, en la Patagonia, para la preparación preantártica con el fin de entrenar hombres y ensayar las máquinas y aeronaves que luego se desplegarían al sexto continente.
Para el dinámico capitán, la Antártida constituía un teatro de operaciones asimilable al bélico, y en numerosas oportunidades planteó el asunto y escribió sobre el tema.
Además, difundió la actividad que los argentinos desarrollaban en esa región y promovió la necesidad de comprometer recursos materiales y humanos siempre con el objetivo estratégico para el país que implicaba afianzarse en la Antártida.
Tras la creación del Centro Preantártico en el glaciar Upsala , en la provincia de Santa Cruz, Olezza y su equipo tomaron impulso para organizar el segundo y más ambicioso desafío: el primer vuelo transpolar realizado desde América, con la convicción de explorar y abrir una nueva ruta aérea de importancia estratégica para el país: la ruta transpolar.
En su despacho, Olezza puso el mapa argentino al revés, y cuando se le consultaba por ello respondía: “Está bien así, el norte argentino está en el Polo Sur”.
Una ruta —escribió Olezza— no es sólo un avión volando. Una ruta aérea es infraestructura, comunicaciones, apoyo, logística, meteorología, medios, instrucción, y sobre todo: conciencia de que hay que hacerla.
Con esa base, Olezza ideó, planificó e impulsó la Operación Sur para llevar a la Fuerza Aérea y a la Argentina más allá del Polo Sur.
Luego de un primer intento fallido realizado en 1962, en el cual el avión comandado por Olezza  se incendió durante el despegue en la Estación Científica Ellsworth, rumbo al Polo, el plan pareció desintegrarse junto a las cenizas del avión.
Sin embargo, la convicción de la importancia de abrir la ruta transpolar y la perseverancia de Olezza (como su habilidad para instalar el tema en la agenda mediática)  permitieron retomar  el plan.
Se comenzó a trabajar nuevamente en la Operación Sur. La Fuerza Aérea dispuso de otro C-47, bautizado El Montañés. Además, otra razón para el vuelo fue el apoyo aéreo a la expedición polar terrestre que estaba preparando el Ejército, que se concretaría a fines de 1965.
La preparación de la aeronave en avión antártico con su matrícula TA-05 recayó en los talleres de El Palomar, bajo la dirección del hábil capitán ingeniero Ricardo Ferluga y un equipo de excepción compuesto por técnicos civiles y militares.
Entre las numerosas tareas efectuadas en la aeronave, en la cola se le adicionó una turbina lo que obligó a realizar modificaciones estructurales de importancia.
En la primavera de 1965, se inició la operación con toda la FATA (Fuerza Aérea de Tareas Antárticas) desde Río Gallegos. La primera parte del cruce se realizó normalmente, anevizando el TA-05, al mando de Olezza, en la base Matienzo.
A comienzos de octubre de ese año, el TA-05 tuvo que adelantar el vuelo hacia la Base Belgrano del Ejército Argentino para efectuar la búsqueda de un avión Cessna declarado en emergencia, hallado días después con toda la tripulación a salvo.
El Montañés había sufrido daños en un amortiguador, comprometiendo la continuidad del vuelo transpolar. Por ello, la FAA planificó y ejecutó la arriesgada operación Socorro para enviar repuestos y reparar al TA-05.
Un cuatrimotor Avro Lincoln matrícula B-022, preparado para un vuelo de gran autonomía, arrojó en la base Belgrano los preciados repuestos para el avión transpolar. El vuelo del Avro Lincoln duró casi 21 horas, y fue un hito para la aviación argentina e internacional.
Con el TA-05 reparado, la escuadrilla formada por el Douglas y dos monomotores DHC-2 Beaver llegó al Polo Sur geográfico el 3 de noviembre. Fue la primera vez que aviones pequeños operaban en el lugar, despertando el asombro de la población norteamericana de la base polar Amundsen-Scott. La temperatura era de 58 grados bajo cero.
Continuando la operación, ocho días después el Douglas cruzó la Antártida y aterrizó en la base Mc Murdo de los EE.UU.
El 20 de diciembre de 1965 los expedicionarios llegaron a Buenos Aires, finalizando la campaña.
La Operación Sur fue el primer vuelo transpolar realizado desde América, y el que abrió la ruta aérea que luego completó el Hercules C-130H matrícula TC-66 en 1973, operación conocida como Transantar (vuelo transantártico intercontinental) que unió Argentina y Oceanía. Esa ruta fue utilizada por Aerolíneas Argentinas entre 1980 y 2014.
Detalle de las tripulaciones de los aviones que anevizaron en el Polo Sur:

Tripulación del TA-05

Comandante de la aeronave        Comandante Mario Luis Olezza
Primer piloto                                    Cap. Carlos Felipe Bloomer Reeve
Navegador                                       1 Tte. Roberto Tribiani
Mecánicos                                       S.P. Guillermo Hausser
S.A. Miguel A. Acosta
Radiooperador                                S. Aux. Juan Rivero
Fotógrafo                                        C.P. Gerardo Mateos
Observador                                       S. Ay. (Ejército) Julio G. Muñoz
Tripulación del P-05
Piloto                                                 Comandante Jorge Muñoz
Auxiliar                                             1 Tte. Alfredo Cano
Tripulación del P-06
Piloto                                                 1 Tte. Eduardo Fontaine
Auxiliar                                             S. P. Juan C. Nasoni (continuó a Mc Murdo).
Desarrollado por la Dirección de Asuntos Antárticos
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